Toda una historia, desde las pantallas en blanco y negro hasta lo más reciente, la llegada de la Ultra Alta Definición (Ultra High Definition) con una resolución que permite calidad de imágenes como nunca antes se había visto: el 4K, es decir, cuatro veces alta definición y el QLED (por Quantum Dot), con la que los televisores son capaces de reproducir un volumen de color al 100%.
La historia de la televisión se remonta a los años ‘20, la “Década de las luces”, período en que las economías a nivel mundial se recuperaban de la Primera Guerra Mundial, mientras nuestro país vivía su época dorada de la mano del Salitre. En 1927, el inventor estadounidense Philo T. Farnsworth, con apenas 21 años, conseguía crear la primera televisión electrónica en blanco y negro en San Francisco, California. Sin embargo, no fue sino hasta 1936 cuando la cadena de origen inglés BBC empezó a transmitir contenido de manera regular, expandiendo la influencia de la TV al Viejo Continente. En ese entonces, para conseguir la proyección de la imagen en la pantalla era necesario contar con tubos de rayos catódicos con filamentos que se calentaban, lo que se traducía en pantallas pequeñas, pero aparatos de gran tamaño.
Durante la década siguiente las ventas de televisores en el mundo aumentaron. Ya en los ’50, hitos como la coronación de la Reina Isabel II o la transmisión de la Guerra de Vietnam marcaron un antes y después en la influencia de este medio de comunicación que, finalmente, llegaría a nuestro país en 1957, cuando la Universidad Católica de Valparaíso realizó la primera transmisión inalámbrica de TV registrada. Más tarde, aumentaría la publicidad, el desarrollo de la TV como medio masivo y las ventas de la mano del Mundial del ‘62. Años más tarde, en 1969, la carrera espacial no podía estar ausente de la televisión y personas alrededor del planeta se impactaron con el Apolo 11 y la primera caminata lunar.
Si bien durante los ‘60 se desarrolló la tecnología, no fue sino hasta finales de los ‘70 cuando llegaría una de las transformaciones más importantes a nuestro país: el color. Desde un espectro en blanco y negro, la pantalla pasaba a una dimensión en que los colores del hipismo se podían retratar a la perfección.
Con una experiencia más realista, en los ‘80 el VHS (Video Home System) abrió las puertas a que el espectador asumiera el control de su televisor. En ese mismo periodo aparece el sonido estéreo que potenciaría la experiencia del usuario con los que pudo ver acontecimientos como la caída del muro de Berlín. La década de los ‘90 llega cargada de momentos: desde la clonación de la oveja Dolly, pasando por la muerte de Diana de Gales o la visita histórica de Juan Pablo II a Cuba. En este periodo se masifica la venta de televisores con control remoto, un avance que mejora la experiencia de los usuarios.
El nuevo milenio llegaría con avances significativos para el mercado. Dejando atrás los tubos, empezaría la era de las pantallas planas. Así, de la mano del siglo XXI llegaban transmisiones como el atentado de las Torres Gemelas o el funeral del rey del pop, Michael Jackson. Además, con la incorporación de las pantallas de LCD en la fabricación de televisores, empezaba tímidamente la era “verde” en los electrodomésticos, con ahorros de hasta 30% de energía.
Posteriormente, entraría en la escena la retroiluminación LED que venía de la mano del contenido Full HD, es decir, en máxima definición. Años más tarde, imágenes tridimensionales se tomarían las pantallas a través de televisores 3D. A pesar de que se esperaba una gran revolución, la industria lo vio como una innovación que no logró conquistar de la manera esperada a los usuarios.

En la última década, los grandes fabricantes apostaron por una innovación que realmente transformará la experiencia de los usuarios. La llegada de internet, el impacto en los hábitos de consumo y el crecimiento de los Smartphones, daban señales de lo que la gente quería: televisores conectados y con contenido personalizado para cada usuario; y fue aquí cuando comienza la era de las Smart TV.
La llegada de la Ultra Alta Definición (Ultra High Definition) marcaría el desarrollo de contenido, con una resolución que permitiría calidad de imágenes como nunca antes se habían visto, el 4K, es decir, cuatro veces alta definición.
Así año tras año los fabricantes suman tecnologías que van en directo beneficio de la experiencia de usuario. Lo más reciente es la tecnología QLED (por Quantum Dot), con la que televisores son capaces de reproducir un volumen de color al 100%. Esto significa que pueden expresar todos los colores a cualquier nivel de brillo, incluso con las diferencias de color más sutiles, visibles a la luminosidad máxima del QLED, que alcanza entre los 1.500 y 2.000 nits, reproduciendo colores más reales.
Tal como ha evolucionado la tecnología lo han hecho así también los consumidores que están modificando sus hábitos de consumo. Actualmente las ventas de televisores con pantallas de 55 pulgadas o más han aumentado exponencialmente y se espera que sea este segmento el que más crezca en un año donde el comercio se activa con los importantes campeonatos deportivos que se acercan.