Mucho se ha debatido en torno a la publicidad y sus efectos en las personas y, principalmente, su comportamiento. Incluso, algunos países establecen medidas de restricciones de la publicidad para proteger a los sectores más vulnerables de la población. Sin embargo, no toda la publicidad influye negativamente en las personas y, por el contrario, podría presentar beneficios para quienes están interesados en adquirir un producto o desean informarse. ¿De qué manera influye positivamente la publicidad?

INFLUENCIA POSITIVA
La publicidad, especialmente aquella destinada a la elección de un producto, apela a los sentimientos y las emociones del ser humano. ¿De qué manera? Estableciendo relaciones entre el producto y la felicidad o el placer que sentirá quien lo adquiera. De esta forma, la publicidad muestra imágenes que contienen mensajes positivos y generan una sensación de satisfacción por parte de quien usa determinado producto. El espectador conecta con una marca a través de la percepción de que su producto le traerá la felicidad. Muchos opositores concuerdan en que esta imagen distorsionada de la realidad manipula a los consumidores. Sin embargo, muchas de las personas que eligen un producto gracias a sus anuncios publicitarios coinciden en que los comerciales los ayudan a conocer ciertas características del producto, mejorando la elección frente a competidores de otras marcas y haciendo más sencillos los procesos de compra. Al mismo tiempo, que los espectadores se decidan por un producto en base a sus anuncios publicitarios promueve la innovación y los esfuerzos por mejorar su calidad.

MENSAJES PARA ESTIMULAR BUENAS PRÁCTICAS
La publicidad no solo influencia a los espectadores a elegir una u otra marca, sino que también estimula el comportamiento adecuado. Esto sucede, por ejemplo, en los anuncios que promueven las pautas necesarias para combatir la propagación de una enfermedad infecciosa como lo es el coronavirus. Ya sea anunciando la manera correcta de lavarse las manos o promoviendo el distanciamiento social, las ciencias del comportamiento ayudan a la publicidad a informar a la gente y promocionar hábitos que sean favorables.