Corría el año 2095…
Ahí estaba la niña, en el piso 10 del colegio, sentada con las piernas cruzadas sobre su silla flotante, mirando atentamente a la profesora en la pantalla holográfica.
Ese día era especial: todos celebraban los 140 años del colegio, un lugar querido por muchas familias, donde abuelos, padres e hijos habían estudiado generación tras generación. Las paredes estaban decoradas con luces de colores que cambiaban según la música, y desde los ventanales se veía el cielo con pequeños drones lanzando serpentinas digitales.
La clase del día era sobre un tema muy esperado: la excursión a Marte que tendrían la próxima semana. Los niños escuchaban en silencio, con sus mochilas antigravedad listas y sus trajes espaciales colgando al lado de cada asiento.
De pronto, la niña levantó la mano y preguntó con curiosidad:
—¡Miss! ¿Qué había en el colegio 70 años antes? Si ni siquiera existían los robots…?
La profesora sonrió sorprendida, y por un momento se quedó pensando.
—Bueno, verás… —dijo—. En realidad, ahora que me lo dices, yo tampoco lo sé.
Entonces enviaron un mensaje holográfico a otra miss, una señora muy sabia que llevaba muchos años en el colegio, casi tantos como la biblioteca digital.
Ella apareció en la pantalla con una sonrisa y les dijo:
—En esos años… las personas caminaban por los pasillos. No había alfombras deslizantes ni ascensores antigravedad. Y ¿saben qué más? Los recreos eran al aire libre, en el patio, ¡con tierra de verdad!
Los alumnos se miraron con los ojos abiertos como platos.
—¡¿Qué?! —gritaron todos a la vez—. ¿Tierra… de verdad?
La niña rió. Le pareció mágico imaginar un mundo sin pantallas flotantes, sin robots sirviendo el almuerzo, sin cascos de traducción automática. Solo niños, juegos simples… y pasos reales.
—Tal vez en esa excursión a Marte, también podamos aprender cómo eran las cosas cuando todo era más… humano —susurró.
Y así, entre risas y sorpresas, la clase siguió. Con la mente en el futuro… pero el corazón, curioso por el pasado.

(Cuento creado por Antonia Kutscher, de 12 años, adaptado con IA (Inteligencia Artificial)