En pocas semanas, el virus Sars-Cov-2 se ha extendido desde China a todo el mundo. Europa toma medidas para controlar la contaminación. Los científicos luchan por desarrollar una vacuna.

El 31.12.2019, China notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una misteriosa neumonía en Wuhan, de cerca de unos 11 millones de habitantes. Expertos de todo el mundo comenzaron a tratar de identificar el agente causal. Se supone que se originó en un mercado de mariscos de la ciudad, que pronto fue cerrado. Inicialmente se informó que había alrededor de 40 personas infectadas.
Los investigadores descartaron el virus Sars, la enfermedad respiratoria que se originó en China en 2002 y que mató a casi 800 personas. El 7 de enero, los científicos chinos identificaron un nuevo virus. Llamado provisionalmente 2019-nCoV y posteriormente Sars-Cov-2: causa fiebre, tos, dificultad respiratoria y puede evolucionar hacia una neumonía.
El 11 de enero de 2020, China anunció la primera muerte causada por el nuevo coronavirus. Un hombre de 61 años, que había estado comprando en el mercado de mariscos de Wuhan, murió de complicaciones por neumonía.
En los días siguientes, países como Tailandia y el Japón comenzaron a notificar casos de infecciones en personas que habían visitado el mismo mercado en Wuhan. En la ciudad china, se confirma la segunda muerte. Para el 20 de enero, tres personas habían muerto en China y más de 200 estaban infectadas.
Los investigadores se centran en averiguar cómo se transmite el agente. Los coronavirus son zoonóticos, lo que significa que pueden pasar de animales a personas. Algunos coronavirus pueden ser transmitidos por la tos y los estornudos. El 20 de enero se confirmó que el virus puede ser transmitido directamente entre personas.
El 23 de enero, Wuhan fue puesto en cuarentena en un intento de limitar la propagación del virus. Se suspendió el transporte público y los trabajadores comenzaron a construir un nuevo hospital para tratar a los pacientes infectados, que sumaban más de 830 el 24 de enero. El número de muertos se había elevado a 26. El aislamiento se extendió a otras 13 ciudades, afectando a 36 millones de personas.
Cada vez se confirman más casos fuera de China, como en Corea del Sur, Estados Unidos, Nepal, Tailandia, Hong Kong, Singapur, Malasia y Taiwán. A medida que aumentaba el número de infecciones, la Organización Mundial de la Salud determinó el 23 de enero que era “demasiado pronto” para declarar una emergencia de salud pública mundial.
LLEGA A EUROPA
El 24 de enero, las autoridades francesas confirmaron tres casos del nuevo coronavirus dentro de sus fronteras, marcando la llegada de la enfermedad a Europa. Horas después, Australia confirmó que cuatro personas habían sido infectadas.
Las festividades del Año Nuevo Lunar en China comenzaron el 25 de enero. Para contener el brote, las autoridades cancelaron muchos eventos, ya que millones de chinos viajan y participan en celebraciones públicas. El número de muertos aumentó a 41, con más de 1.300 infectados en todo el mundo, especialmente en China.
El 27 de enero, Alemania dijo que estaba considerando retirar a los ciudadanos alemanes de Wuhan. Ese día se detectó el primer caso en el país europeo. Investigadores alemanes en Marburgo forman parte de los esfuerzos internacionales para trabajar en una posible vacuna. El 28 de enero, el número de muertes en todo el mundo superó las 100, y el número de infectados llegó a casi 4.500.
Las autoridades de Filipinas informaron el 2 de febrero de 2020 de que un hombre de 44 años había muerto en el país por coronavirus, lo que supuso la primera muerte relacionada con la enfermedad fuera de China. El paciente era de la ciudad china de Wuhan y fue admitido en un hospital de Manila el 25 de enero. Más tarde, Japón, Francia, Hong Kong y Taiwán también confirmaron muertes.
El doctor chino Li Wenliang murió el 7 de febrero después de contraer Sars-Cov-2. En enero, había tratado de advertir a las autoridades de su país sobre la epidemia y la posibilidad de que la COVID-19 se saliera de control, pero fue reprimido. Li fue obligado a firmar un documento que declaraba que sus advertencias eran infundadas.
El 9 de febrero de 2020, China informó de que el número de muertes por COVID-19 había llegado a 811, superando las 774 víctimas del brote del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (Sars), también causado por un coronavirus, entre 2002 y 2003.
También el 9 de febrero, 34 brasileños y familiares repatriados de China llegaron a Brasil debido al coronavirus. Dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña aterrizaron en la base aérea de Anápolis en Goiás, donde los pasajeros fueron puestos en cuarentena. Un equipo de apoyo de 24 miembros, incluyendo médicos, diplomáticos, periodistas y la tripulación, también estaba a bordo.
El coronavirus llegó a África a mediados de febrero. El 14 de febrero, el Ministerio de Salud de Egipto informó sobre la primera persona infectada con Sars-Cov-2 en el país y también en el continente africano. Días más tarde, el 25 de febrero, Argelia confirmó su primer caso, un italiano que llegó al país el 17, convirtiéndose así en el segundo caso en África.
Los casos de infección con la enfermedad de la COVID-19, superaron la marca de 70.000 en la China el 17 de febrero de 2020. El número de muertos por la enfermedad llegó a 1.770. Fuera de China, el número de casos ha aumentado de 500 y el número de muertes confirmadas llega a cinco.
Las aproximadamente 3.700 personas a bordo del crucero Diamond Princess comenzaron a desembarcar en Yokohama, Japón, el 19 de febrero, después de más de dos semanas de aislamiento debido al brote de coronavirus. En ese momento, el barco concentraba el mayor número de infecciones fuera de China, con más de 600 casos.
YA EN SUDAMÉRICA
Para el 26 de febrero, el nuevo coronavirus se había extendido a más de 40 países, mató a más de 2.700 personas e infectó a más de 80.000, de las cuales unas 30.000 se habían recuperado. En la misma fecha, el Gobierno brasileño confirmó el primer caso en el país: un hombre de 61 años que viajó a Italia por trabajo.
También el 26 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó la amenaza del coronavirus en un intento de calmar el mercado financiero. Dijo que el riesgo de una epidemia en su país era “muy bajo” y que EE. UU. están “muy preparados” para hacer frente a la amenaza. También declaró que el número de casos diagnosticados en EE. UU. podría caer a cero en los días siguientes.
(CONTINUARÁ)